jueves, 2 de enero de 2025

"Nosotros también estuvimos"

"Al mediodía del 2 de enero de 1865, la ciudad en ruinas es como un animal desollado gritando su dolor. No tiene flores, ni para los entierros y los pájaros han huido hacia el sol, tras los muertos, y los niños se han ocultado en los regazos de mujeres que lloraron días y noches enteras... y ahora tienen las lágrimas petrificadas en hilos delgados que les surcan las mejillas y los pechos desnudos. La ciudad en ruinas es un montón de paredes derrumbadas, de huecos que antes fueron puertas y ventanas, un tirabuzón de polvo denso, enceguecedor, una nube de moscas furiosas, ávidas de carroña".
Así caía la heroica ciudad de Paysandú, pero no sin dar batalla, y ahí estaban dispuestos a luchar al grito de "Hasta el Patíbulo y Más Allá", el joven y resuelto capitán, Adolfo Areta Arrúe, sumando sus fuerzas a la par del indómito valor que desplegaron los valientes habitantes, quienes marcharon con un "Independencia o Muerte", a viva voz, tal como era el lema de gran Gral. Leandro Gómez- porque para él, lo que estaba en juego en Paysandú era la existencia de su país, el cual era amenazado por la intervención extranjera, más velada de Buenos Aires, y abierta del Brasil, y con todo su coraje se entregaron a la lucha llenando uno de los capítulos más hermosos de la epopeya sanducera al enfrentarse al ataque de una imponente escuadra fluvial del Imperio de Brasil, integrada por las corbetas a vapor Recife, Belmonte y Paranahíba y las cañoneras Ivahý y Araguaia al mando del Marqués de Tamandaré, con un ejército de más de 15 mil hombres contra un puñado de heroicos defensores.
Pelearemos contra los Brasileros y contra Flores, dijo el General, al divisar las banderas Imperiales. Y si nos toca morir, aquí moriremos por la Independencia de la Patria. Cada cual a su puesto de honor!
Con todo y a pesar de la violencia del bombardeo desde el río y tierra, Paysandú, casi destruida, resistió y la bandera uruguaya aún flameaba en lo alto de la torre de la Iglesia en ruinas, despertando una oleada de entusiasmo nacionalista en toda el área, pero el cerco de los sitiadores impidió toda llegada de ayuda. El marqués de Tamandaré quiere la bandera imperial sobre la iglesia, pero la bandera Oriental flamea todavía sobre los escombros de Paysandú, gloria a la Patria!!!

Durante los días del sitio, Adolfo Areta Arrúe, dio todo hasta el último aliento, pero la ciudad cayó rendida junto con él, pudiendo salvar su vida por la oportuna intervención de su amigo y hermano Eduardo Olave, quien bajo su responsabilidad lo “sacó del brazo y no lo abandonó hasta dejarlo a salvo”.

Llegado a Montevideo, el 8 de enero de 1865, le fue otorgado el grado de mayor y por pedido del Ministro de Guerra y Marina, don Jacinto Susviela, redacta el parte circunstanciado del sitio, informe que junto al de Aberasturi, constituyen las únicas versiones oficiales sobre la Defensa de Paysandú. Digno Defensor de la Plaza, decía en su Parte de Guerra: "La carnicería ha sido horrible. El pueblo de Paysandú, mas bien dicho su guarnición (porque entre ella había Guardias Nacionales de Tacuarembó y Salto) se han batido con una heroicidad increíble, sin ejemplo en la historia y que cuando se conozca con todos sus verdaderos detalles ese episodio ha de admirar al mundo."

El 10 de diciembre de 1884, contrajo matrimonio con alguien digna de su estirpe, formando otro entronque patricio al tomar la mano de Ángela Lasala Furriol -hija del Cnel. Francisco Lasala Oribe y María Inés de Jesús Furriol y González Luna, sobrina materna de María de los Ángeles Furriol González Luna, casada con el Gral. Eugenio Garzón Avellaneda. Nieta paterna de don Martín Lasala Fernández-Larrazábal y Margarita Oribe y Viana, por ende, sobrina nieta materna del Brigadier Gral. Manuel Ceferino Oribe y Viana, 2do Presidente Constitucional del Uruguay y Fundador del Partido Nacional, y descendiente del primer gobernador español en esta ciudad, don José Joaquín de Viana Sáenz de Villaverde, Mariscal y Caballero de Calatrava, y de doña María Francisca de Alzáybar Ealo y Guesala, más conocida como "La Mariscala".

"Dos divisas y una misma familia"

Entre los valientes militares que integraban el Ejército de la Guardia Nacional, además del mencionado Capitán, Adolfo Areta Arrúe, también figuraba su cuñado, el también Capitán, Carlos José Blas Lacalle y Zelayeta, marido de su hermana, Celestina Areta Arrúe, los cuales luchaban contra su primo hermano, un igualmente joven, Enrique Francisco del Corazón de Jesús Pereda Arrúe, quien había iniciado su carrera de armas, el 21 de agosto de 1863, integrando el ejército revolucionario del invasor, Gral Venancio Flores, junto a su cuñado, el militar y político, Eduardo Flores, cuarto hijo del General Colorado y marido de su hermana, Casiana Pereda Arrúe. Mientras que Guillermo Bernardo Justo García Arrúe, otro de sus primos hermanos, se encontraba defendiendo las divisiones de los departamentos de Durazno y San José, por ese entonces con el cargo de capitán, años después General, Primer Jefe Militar y pro-hombre del Partido Blanco, al cual el Directorio lo proclamó como candidato a la Presidencia de la República para el período 1907-11. Dos de sus hijas, formarían conspicuos entronques patricios dentro de su parcialidad, al contraer matrimonio, Blanca con Arturo Heber Jackson, y Celina María Florencia, con Enrique Domingo Quincke Nin, descendiente de Juan Antonio Lavalleja, militar y político uruguayo. Jefe de los Treinta y Tres Orientales y Presidente de Uruguay en el Triunvirato de Gobierno de 1853.
Bibliografía:

"Diccionario biográfico Historia de Paysandú" Tomo I, Augusto Schulkin.
"No robarás las botas de los muertos" Mario Delgado Apraín.
"Elisa Lynch, una irlandesa en el Paraguay" Mabel Pagano.

Siempre le estaré agradecido a mi buen amigo, Juan Carlos Lynch por el libro de Elisa, una verdadera joyita.

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