miércoles, 28 de febrero de 2024

"El nacimiento de una de las estirpes más destacadas de San Fernando"

El día 28 de febrero de 1857, la Iglesia Nuestra Señora de Aránzazu de San Fernando fue testigo del casamiento de Fernando María de la Cruz Cordero Arrúe con Petrona Villegas Cascallares, distinguida dama, cuya familia poseía un glorioso pasado que se remontaba a los tiempos mismos de las guerras de la Independencia y las luchas civiles.
El novio nace el 14 de septiembre de 1817, mismo día en que fue bautizado en la Iglesia Matriz de Montevideo de mano de don Juan Ciriaco Otaegui, Tte. del Cura y Vicario de Don Dámaso Antonio Larrañaga. Sus padrinos fueron, Antonio María Cordero y su abuela materna, Doña María Bernarda López de Castilla y Cáceres de Arrúe de Ipenza.
Hijo de don Fernando María Cordero de Mendoza, español nacido en Cádiz el 3 de junio de 1789, que al graduarse de médico más de veinte años después, emigró al Río de la Plata, en busca de mejores horizontes. Cordero ejerció su profesión durante un tiempo en la capital virreinal y cuando el 25 de mayo de 1810 se produjo la revolución, se plegó a las fuerzas partidarias de la Primera Junta, enrolándose como cirujano en el Ejército del Norte que a las órdenes de Castelli y González Balcarce, marchó al Alto Perú.

Finalizada la campaña, Cordero se radicó en Montevideo y el 28 de junio de 1815 formó un hogar patricio tomando la mano en matrimonio de doña María de los Ángeles Arrúe López de Castilla. Hija de José Antonio Arrúe de Ipenza, vasco hidalgo y realista, estanciero y militar afincado en la banda oriental a mediados del siglo XVIII, y de doá María Bernarda López de Castilla y Cáceres, de abolengo hispano-criollo.

El Dr. Fernando María Cordero de Mendoza instaló su consultorio en la capital oriental, ejerciendo además, en distintos nosocomios y lazaretos de aquel lado del Plata. Cuando estalló la guerra con el Brasil, el valiente andaluz volvió a ofrecer sus servicios, enrolándose como médico cirujano en el ejército del general Alvear, donde se desempeñó brillantemente hasta que el alto mando lo destinó como Cirujano Mayor de la escuadra de Brown en la famosa goleta "La Pepa", la misma que en 1827 combatió en la batalla de Juncal, en que la escuadra argentina venció a la imperial del Brasil. Sin embargo, a causa de su mala salud, se lo dio de baja y pasó a retiro, aún cuando insistió vehementemente en permanecer en su puesto.
Finalizado el conflicto con la completa victoria argentina que acarreó para el Brasil la pérdida total de la Banda Oriental y su dominio sobre las aguas del Plata y el Uruguay, el Dr. Fernando María Cordero de Mendoza se trasladó con su familia a Buenos Aires para continuar ejerciendo su profesión en forma particular y en varios lazaretos porteños. El 17 de mayo de 1830, el gobierno lo nombró médico de Policía de la provincia, cargo que desempeñó eficazmente hasta después de la batalla de Caseros. Manuel Bilbao reproduce en su Vindicación y Memoria de don Antonino Reyes (Ediciones El Elefante Blanco, Buenos Aires, 1998, p. 169) una nota del Dr. Fernando María Cordero fechada el 17 de abril de 1848, en la que, cumpliendo tales funciones, eleva un informe sobre el preso Domingo Correa, puesto a disposición de la justicia por una serie de hechos delictivos.

De nuevo en Montevideo habiendo transcurrido siete años muere el 18 de octubre de 1859 dejando a su familia en brillante posición económica.

Por su parte, Fernando de la Cruz Cordero Arrúe, cursó sus estudios primarios en la Banda Oriental, completando el secundario en Buenos Aires. Posteriormente ingresó en la Universidad para estudiar Leyes, recibiéndose de abogado en 1843. Fue un jurisconsulto notable, especializado en Derecho Penal. Su tesis "Abolición de las penas arbitrarias en defecto de plena prueba contra el acusado", fue publicada en 1845, convirtiéndose en fuente de consulta de estudiantes y especialistas.
Cordero Arrúe fue miembro destacado de la Legislatura de la Provincia y de la Masonería argentina a la que ingresó en 1856, siendo uno de los miembros fundadores de la Logia Unión del Plata no.1, donde se desempeñó como Gran Secretario hasta 1861. Sin embargo, su verdadera pasión fue la música, en especial los estudios de guitarra, instrumento que llegó a dominar de manera magistral. Se lo recuerda como un excelente intérprete, que maravilló a su auditorio con conciertos de variado repertorio. Discípulo del profesor Massini, al cabo de un tiempo se convirtió en maestro también, siendo muy bien considerado como ejecutor, tanto en el Río de la Plata como en Europa, hasta tal punto que llegó a tocar para la reina Victoria y ésta le regaló una guitarra con su nombre incrustado en nácar. También compuso, escribió un método para aprender guitarra y un texto titulado “Discurso sobre la música” que se supone es una refutación de las afirmaciones de Alberdi sobre dicho instrumento, publicando varios de sus estudios que serían, utilizados para el aprendizaje de futuros ejecutantes.

La contrayente había nacido en Buenos Aires el 18 de octubre de 1824, siendo bautizada el 24 del mismo mes y año. Petrona era hija de Don José Justo Cayetano Villegas Ruiz-Gamiz y Salomé Cascallares Blanco, matrimonio donante de las tierras para la fundación de San Justo, cabecera del distrito de La Matanza, don Justo Villegas, fue Comandante de Milicias y Legislador de Buenos Aires, rico estanciero del Partido de la Matanza, nacido en 1786 en Buenos Aires. Hijo del Coronel de las Reales Fuerzas del Perú D. Francisco Gutiérrez de Villegas y de Da. María Ruiz de Gamiz. Amigo y gran admirador de Juan Manuel de Rosas. Muere el 20 de noviembre de 1850, por lo cual no pudo participar personalmente del acta de donación de sus tierras, sin embargo, doña Salomé, fue partícipe de aquella donación. El matrimonio Villegas Cascallares, no solo donó los terrenos para la instalación del pueblo, también donaron los terrenos para la construcción de la hoy Catedral de San Justo, más la suma de 20 mil pesos de la época.
Cabe resaltar que fue sobrina de aquella acaudalada estanciera de nombre María Micaela Cascallares.
A quien una localidad en el sur de la provincia de Buenos Aires recuerda, casada con Marcos Paz, gobernador de Córdoba y de Tucumán y vicepresidente de la Nación, y por ende prima hermana de Máximo Paz -perdón- Máximo Alejandro Paz Cascallares, hacendado y político argentino, que ejerció el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1887 y 1890, y primo del ex Presidente de la Nación Argentina, Julio Argentino Roca Paz.
Cuando se habla de la historia de la beneficencia en San Fernando el primer nombre que viene a la memoria, con justa razón, es el de doña Elvira Elizalde de Jacobé y su marido, el Dr. Martín Jacobé. Sin embargo, mucho antes, la gran benefactora del distrito fue precisamente, doña Petrona Villegas de Cordero Arrúe fue presidenta de la Sociedad de Beneficencia de la Capital Federal entre 1872 y 1873 y 1877 y 1878. Dos años antes de su primera gestión, en 1870, concibió la idea de dotar a San Fernando de un hospital y en ese sentido, puso manos a la obra con ahínco, encontrando por momentos dura resistencia y por otros apoyo. Afortunadamente quien sí se entusiasmó plenamente fue el Dr. Vicente Gandulfo, con quien inició las primeras gestiones.

Doña Petrona dio forma a una comisión que inició las primeras negociaciones ante las autoridades municipales, con el objeto de conseguir un terreno. Esa comisión se abocaría de lleno también, a la tarea de reunir dinero y materiales administrando los fondos que ella misma había donado para poner en marcha el proyecto. Tiempo después, fundó la Sociedad de Auxilio a los Pobres de San Fernando, de la que fue su primera presidenta, iniciando desde allí una labor ímproba, en pos del necesitado. La integraban, Artemia Albarracín, Aurelia Sacriste de Cazón, Aurelia Castro de Martínez, Rosa L. de Ibáñez, María del Carmen Álzaga de López, Emma N. de Arredondo, Amalia V. de Zamudio, Josefa M. de Croza, el padre Cornelio Vázquez, don M. Santiago Albarracín, José Pacheco, Emilio Romano, Carlos Z. Castro, Juan N. Madero y el Dr. José María Cantilo. Uno de sus logros más importantes fue la adjudicación, por parte de la Municipalidad, de los terrenos destinados al futuro nosocomio, un predio que en ese entonces tenía 10.000 varas cuadradas de extensión. En 1893, la Sociedad Pro Auxilio a los Pobres fue absorbida por la Conferencia de Señoras de San Vicente de Paul, continuadora de las gestiones tendientes a concretar el proyecto del hospital, pasando la noble dama a integrar su comisión directiva, como una de sus principales dirigentes.
Otra de las preocupaciones que caracterizó a esta noble benefactora fue la educación infantil y en ese sentido sostuvo económicamente una escuela particular de niñas que funcionó durante mucho tiempo en una casa de altos ubicada en la intersección de las calles Constitución e Ituzaingo en la que, según refiere don Héctor Adolfo Cordero, se desempeñó como docente la legendaria María Tapié.

Petrona Villegas Cascallares de Cordero Arrúe, muere el 28 de febrero de 1894, cuando las gestiones a las que había dado inicio en pro del hospital local, continuando su marcha bajo la inteligente dirección de Artemia Albarracín y de su propia hija, Petrona Cordero Villegas de Stunz. Sin embargo aquella emprendedora mujer fue partícipe de emprendimientos y obras de bien. En 1873 la señora de Cordero Arrúe, fue una de las contribuyentes mensuales que efectuaron aportes para el sostenimiento de la banda de música local. En el mes de abril del mismo año, hizo importantes aportes para la finalización de las obras del templo parroquial iniciadas por el padre Bernardo Repetto en 1870; en 1883, participó en la suscripción organizada para socorrer a los inundados del río Salado y en 1890 en la que se levantó para obsequiar un carruaje al Dr. Vicente Gandulfo, en agradecimiento a los servicios prestados a la comunidad.

Cabe destacar que durante su larga vida, doña Petrona fue la mejor amiga y confidente de Manuelita Rosas, también conocida como" La Niña" o "La Princesa Federal", hija del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas.

lunes, 26 de febrero de 2024

Casamiento de Martín Cardoso Soler

El 26 de febrero de 2016 la Parroquia Stella Maris de Carrasco fue testigo de la unión en matrimonio de Martín Cardoso Soler, -otro de los descendientes de doña María Bernarda-, con Cecilia Sicardi Bacigalupi, -(hija de Carlos Enrique Sicardi Scasso y Rosina Bacigalupi Fripp, hermana de Juan Carlos, Pablo, Ignacio y María Sicardi Bacigalupi, quien casó con Guillermo Jaume Campomar).

Martín, el novio, nace en un principal hogar del paticiado criollo, fruto del matrimonio entre el destacado empresario uruguayo, Luis Eduardo Cardoso Vivo y Cecilia Soler Howard, casados el 3 de mayo de 1979 en la parroquia Stella Maris de Carrasco. Nieto paterno de Adolfo "Gocho" Cardoso Guani -(ex Ministro de Industria, empresario y uno de los fundadores de la cadena de supermercados Disco)-, e Isabel Vivo Bonomi; y materno de Rafael Soler Martí y Milka María Howard Zubillaga. Bisnieto paterno de Adolfo Cardoso Gómez y Margarita "Coca" Guani Pou y de Antonio Joaquín Valentín Vivo Costa e Isabel María Bonomi.

Cabe recordar que de su lado materno Martín desciende de las damas patricias, doña María Bernarda López de Castilla y Cáceres de Arrúe y Arrién, doña Cipriana de Herrera y Basavilbaso de Muñoz y Quirós y doña Cipriana Muñoz y Herrera de Anaya, quien por ellas lleva en sus venas buena parte de la historia del Río de la Plata.

De la unión de Martín y Cecilia nacen sus tres hijos: Mechi, Loli y Juan Justo Cardoso Sicardi.

miércoles, 21 de febrero de 2024

"Fundación de Colonia Arrúe"

Hoy celebramos 148 años de la fundación de la Colonia Arrúe en el departamento de Colonia, según testimonio del Esc. Pub. don Lorenzo Iribai, la misma se registra el 21 de febrero de 1876 en parte de las tierras que recibió en herencia Gualberto Arrúe Laguna de su padre. Herencia que fracciona en 12 suertes de estancias y vendió mayoritariamente a los hermanos Sartori. El proceso comienza con las tierras ubicadas sobre los arroyos Juan González y Cañada de Arroyo que comprendían 53 cuadras c/u, pero sobre la calle principal -que fue llamada "Agricultura", se había dividido en parcelas de 10 cuadras.

La zona en cuestión fue poblada por doce familias provenientes del Tirol -mayoritariamente de Austria e Italia- que se sumaron a unas pocas familias que ya estaban en el lugar, antiguos dependientes de la familia Laguna, y otros propietarios de los alrededores, como don Felipe Leiva, don Gerónimo Monzón, y la flia Arroyo, la que le da nombre a la cañada del lugar.

En viejos documentos se mencionan, aunque imprecisos, los límites de esta colonia en formación, donde también se asignarían terrenos para la Escuela y la Plaza Pública. Esta se ubicaba al norte del arroyo Juan González y al sur de la cañada de Arroyo.

Las tierras en cuestión fueron propiedad del abuelo de Gualberto, don Julián Laguna Delgado-Melilla, estanciero y militar nacido en 1780, quien hizo su carrera militar luchando en la revolución artiguista y luego junto al Gral. Rivera. Don Julián fue Prócer de la Independencia, héroe del Rincón, de Sarandí e Ituzaingó, Jefe del Estado Mayor del Ejército y 1er Ministro de Guerra y Marina del Uruguay.
En 1829, el Gral. Laguna adquiere el antiguo casco y parte del campo de la histórica estancia "La Calera de las Huérfanas", la misma que tiempo atrás supo administrar Juan de San Martín, padre del prócer argentino Gral. José de San Martín, donde nacerían tres de sus hermanos y que partir de 1815 según el reglamento artiguista es repartida entre más de 40 personas en suertes de estancia, reparto posteriormente anulado tras la derrota del caudillo, disponiendo el gobernador bonaerense Manuel Dorrego un nuevo fraccionamiento y venta, por la cual entra en posesión del Gral. Laguna Delgado-Melilla. Ubicada a orillas del arroyo Juan González, a unos 16 km. de la actual ciudad de Carmelo, más precisamente en la hoy llamada Colonia Arrúe, contaba con un casco integrado por una iglesia bajo la advocación de la Virgen de Belén, habitaciones, patios, herrería, panadería, jabonería, telar, carpintería, tahona, hornos de ladrillos y tejas y dos hornos de cal. Además contaba con “ranchos” para las familias de los negros esclavos y para los indios peones.
Casi 100 mil hectáreas comprendían estos campos, según el plano topográfico realizado en noviembre de 1834 por Christison. Gran parte de estas tierras las heredaría su hija, María de la Natividad Laguna Martínez, nacida el 25 de diciembre de 1810, resuelta dama patricia que el 3 de enero de 1825 formaba un distinguido entronque al entregar su mano en matrimonio al también estanciero y militar, don Juan Bernardino Arrúe López de Castilla, enlace apadrinado por su amigo, el Gral. José Fructuoso Rivera. Connotado caudillo blanco, quien peleó en las Guerras por la Independencia, siendo Coronel y 1er Jefe Político y de Policía en Durazno, -localidad donde su familia era dueño de grandes extenciones de campo-, investidura que ocupó a fines de 1830 y en 1835 nuevamente. Hoy día el Salón de Honor de esa Jefatura lleva su nombre, aunque dicha ciudad aún le debe homenajes a este buen servidor que desempeñó varios cargos públicos, integrando mesas electorales, Consejos de Administración, actuó como Tesorero General y en 1826, por elección popular, ocupó el cargo de Defensor de los Pobres, similar a lo que hoy conocemos como Defensor de Oficio.
El matrimonio Arrúe Laguna repartió sus días entre la histórica estancia "Azotea de Arrúe" en Durazno, su primer domicilio en la Villa, en la calle Dr. José Batlle y Ordóñez y Eusebio Píriz (hoy Sala Lavalleja), luego en Brig. Gral. Manuel Oribe 725, (actual Sede Sociedad Italiana), la estancia en Colonia heredada del Gral. Laguna y su domicilio en Montevideo. En ese hogar cargado de méritos patrióticos nacieron sus ochos hijos.



Bibliografía:

"Memorias de la Colonia Arrúe" de Heraldo Quintana y Eraldo Bouvier.