El 17 de junio de 1987, otro de los descendientes de
doña María Bernarda López de Castilla y Cáceres de Arrúe de Ipenza, aquella matriarca de abolengo hispano criollo, ascendente de los linajes "Arrúe y Arrién" y de ellos, buena parte del patriciado del Río de la Plata, formó un entronque de campanillas. La Capilla del Hipódromo de la Zarzuela de Madrid, fue testigo de la unión de don
Lorenzo Fernández de Villavicencio y García-Calvo, con doña
María De Tavira Montes Jovellar.
El novio, hijo del aristócrata español
Lorenzo Fernández de Villavicencio y Osorio, II Marqués del Genal y de doña
Blanca García-Calvo y Murga, (descendiente de
Juana María Arrúe López de Castilla de García Susviela, así, como de aquel personajón llamado
Carlos Calvo, doctor especializado en Derecho Internacional, autor de la Doctrina Calvo; y de
Eduardo de Murga y Goicoechea, II vizconde de LLanteno, quien el 28 de febrero de 1901 toma la mano en matrimonio de
Blanca de Ygual y Martínez-Dabán, primer mujer concejal del ayuntamiento de Madrid). Nieto paterno de
José María Fernández de Villavicencio y Crooke, XV marqués de Vallecerrato, Grande de España, unido en matrimonio el 13 de marzo de 1918 en la Iglesia de San Fermín de los Navarros de Madrid con
María Cristina Osorio y Martos, VI duquesa de Algete, Grande de España y VI marquesa de Cullera, nacida el 16 de junio de 1897 en Madrid, hija de
José Ramón Osorio y Heredia, III marqués de los Arenales y conde de la Corzan y de
Narcisa de Martos y Arizcún. Siendo sus padrinos
Ss.Mm. el Rey Alfonso XIII de España y doña
María Cristina de Habsburgo-Lorena.
La novia, hija de don
Antonio de Tavira y Vargas Zúñiga y doña
Concepción Montes Jovellar y Stern. Nieta paterna de don
José Tavira y Díaz de Ceballos, casado en Almendralejo el 15 de enero de 1931, con doña
Eloisa de Vargas Zúñiga y Montero de Espinosa, descendiente directa del X conde de la Oliva de Plasencia, cuyo origen se remonta a los tiempos del reinado de don Felipe III, cuando a la sombra del temible duque de Lerma y bajo el valido del Rey ingresa don
Rodrigo Calderón de Aranda a la poderosa Orden de Santiago y se le conceden los Señoríos de Sofraga y Rueda.
Luego, ya siendo Secretario de Cámara del Rey, su protector el duque de Lerma, a la vuelta de una misión especial en Flandes en 1614 le hizo nombrar marqués de Siete Iglesias y primer Conde de la Oliva de Plasencia en 1618. Pero muerto el tercero de los Felipes, hereda el trono su hijo y éste designa como Gobernador al presuntuoso don Gaspar de Guzmán, conde duque de Olivares, de quien aún cuelga su retrato en el Museo del Prado, inmortalizado por Velázquez, imponente, monumental y ecuestre como a él le gustaba, quien se estrenó haciendo ajusticiar a los protegidos de Lerma, entre ellos nuestro marqués Siete Iglesias, acusado injustamente.
Se dice que fue tal el espectáculo de orgullosa altivez y entereza que mostró don Rodrigo Calderón de Aranda al subir al cadalso en la Plaza Mayor de Madrid después de sufrir dignamente su tormento, que quedó para siempre en España el dicho popular,
"Tener más orgullo que don Rodrigo en la horca".
De la unión de estas dos estirpes nace
Lorenzo Fernández de Villavicencio y Tavira, casado con
Carla De Arias Huep.
Siempre agradecido a nuestro querido y recordado
Carlos García-Calvo y Murga, (tío materno del homenajeado), con quien armé el post familiar "Los García-Calvo, entre criollos y nobles".
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